La sociedad civil española crítica con Zapatero durante la última legislatura se ha movido sin seguir la agenda de Génova en cuestiones como la libertad de educación o la dignidad de las víctimas. Es hora de recuperar esa agenda propia, de pulirla y hacerla más constructiva. De no caer en la trampa del antizapaterismo, la trampa de la pura reactividad, y de no dejarse enredar en la crisis del PP y de su entorno, de los que apoyan a unos y a otros.
Ésta no es la crisis de la sociedad civil que está dispuesta a construir espacios de libertad, de diálogo, y que tiene una vocación de transversalidad.