Narran cada una la historia de dos niñas (Ada, Ourika) inteligentes, sensibles, artistas, enamoradas, rechazadas; cada una es el alter-ego de su autora, y ambas cuentan, junto con las penas del corazón, la experiencia del terror político (le Terreur en un caso, la Shoah en el otro).
Qué capacidad de narrar la Historia, qué cuestiones del alma suscitan, qué uso de las palabras... ¡qué placer Dios mío, qué inmenso placer!